El crack que se acordó cuando Segundo Castillo le piso la cabeza

En el mundo del fútbol, ciertos enfrentamientos no solo se limitan a equipos, sino que también forjan rivalidades personales. Walter Ayoví, exfutbolista ecuatoriano, no pasó desapercibido cuando se enfrentaba a El Nacional cuando vestía la Barcelona Sporting Club, ya que solía marcarles goles tanto en Guayaquil como en Quito. Sin embargo, una anécdota particular revela la intensidad de uno de estos enfrentamientos.

En uno de los partidos, con Ever Hugo Almeida al mando como director técnico, Castillo enfrentó al conjunto amarillo. En medio de la tensión del partido, las acciones en el campo tomaron un rumbo singular. El técnico Almeida instruyó a Segundo Castillo: ‘cógelo a Walter’, en referencia a Ayoví quien ya había demostrado su peligro con un gol. La competencia en el campo se volvía cada vez más áspera.

Los choques físicos y las faltas se sucedieron en medio de un ambiente caldeado. Walter recibió una falta detrás de otra, y el árbitro sacó la tarjeta amarilla. La tensión era palpable, y las emociones estaban a flor de piel. No mucho después,  Pedro Quiñones cometió otra infracción, lo que resultó en su expulsión del partido. La rivalidad entre Castillo y Ayoví estaba llegando a su punto culminante.

Sin embargo, la anécdota que se destaca ocurrió en una jugada singular. En medio de la refriega, Walter intentó driblar frente a Castillo, pero una mala pisada lo llevó al suelo. Lo que sucedió a continuación fue un momento que encapsuló la tensión y la rivalidad en el campo. Castillo pasó por encima de Walter Ayoví y, en un gesto que simbolizaba la intensidad de su enfrentamiento, llegó a pisarle la cabeza.

El desenlace y el respeto mutuo

Aunque la calentura del partido generó momentos de tensión, la rivalidad entre Castillo y Ayoví no eclipsó el respeto mutuo que existía fuera de la cancha. Castillo más tarde pidió disculpas por el incidente, reconociendo que la pasión del momento había llevado las emociones al límite. Estas son las historias que dan vida a los clásicos del fútbol ecuatoriano, donde la intensidad en el campo a menudo se equilibra con el respeto y la camaradería fuera de él.